Juana Gallo (1876-1958) es el alias de una célebre mujer que vivió en Zacatecas (México). Su biografía se mueve entre el mito y unos pocos detalles conocidos. Un mito que ella misma se encargó de nutrir bebiendo en las cantinas y que luego fue amplificado por una película homónima de 1961, centrada en su carácter falsamente revolucionario. Su figura ha sido objeto de corridos populares, biografías y exposiciones sobre su vida.
Ángela Ramos Aguilar, el verdadero nombre de Juana Gallo, mostró desde bien joven una personalidad valiente que no seguía el estricto código femenino. Su alias se lo debe a un profesor que exclamó “aplácate Juana Gallo” cuando ésta le abrió la cabeza de una pedrada a otro niño. Dicen que era hombruna y que de lejos podía parecer un hombre, pero probablemente se deba más a su carácter pendenciero y belicoso, enfrentada al poder para defender la libertad de culto en la Guerra Cristera (1926-1929), que a una cuestión de orientación sexual. A los 13 años se escapó de casa con un capitan de la Acordada de Zacatecas, con el que tuvo un hijo que murió al poco de nacer. Nunca se casó ni tuvo más hijos.
Así, el alias de una mujer que no se comportaba como el resto, en la que se veían características «masculinas», con el tiempo se convirtió en una expresión para referirse a las mujeres homosexuales.
Ver: Marimacho, Virago
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